“No hay nadie más feliz en el mundo que los seres que disfrutan libremente de un vasto horizonte” H.D. Thoreau en Walden
Regreso a la Natura
Una parte importante del movimiento de transición habla de la necesidad de conectar con la naturaleza, por ello me gustaría hablaros de una de mis experiencias de acercamiento a la naturaleza.
Todo empezó cuando un buen amigo de Wales me habló de la que había sido una de sus mejores experiencias en la vida, como todas las cosas buenas siempre llegan a través de redes con los otros. Pues bien, su experiencia había sido un voluntariado en una granja del interior de la provincia de Burgos, allí donde aún podemos apreciar la sensación de que no ha pasado el tiempo. Fue así como conocí el movimiento Wwoof.
Qué es Wwoof
Wwoof son las siglas en inglés ( Worl wide opportunities on organic farms) de una asociación sin ánimo de lucro que se crea a raíz de la colaboración con diferentes asociaciones WWOOF internacionales y que pretente servir a los voluntarios (WWOOFERS) y granjas o pobladores rurales que trabajan principalmente con métodos ecológicos y sostenibles.
Una de las actividades que wwoof se plantea de forma inmediata es la de servir de coordinador de la oferta de granjas que aceptan ayuda voluntaria y la demanda de voluntarios que desean experimentar y ayudar en un entorno rural.
La relación entre ellos siempre se plantea de forma totalmente libre y voluntaria, no existiendo ninguna compensación económica ni de otros bienes. La red intenta crear un canal de comunicación entre granjas y wwoofers, facilitar y mediar entre los mismos y coordinar las necesidades de unos y otros, siempre dentro de un clima voluntario y dentro de la legalidad que rige el Voluntariado en este país.[1]
A brief history of WWOOF
Formally called Working Weekends on Organic Farms, WWOOF came into being in Autumn 1971, in England, when a London secretary, Sue Coppard, recognised the need to provide access to the countryside for people like herself who did not otherwise have the means or the opportunity, and who were keen to support the organic movement . Her idea started with a trial working weekend, which she arranged for four people at the bio- dynamic farm at Emerson College in Sussex through a contact in the Soil Association. The weekend was a great success and things gathered momentum very quickly. Soon many more organic farmers and smallholders were willing to take people keen to work on this basis (WWOOFers). It seemed that many people were just desperate to get into the countryside. Hosts and workers made new friends and enjoyed the experience of working in common in an exchange of assistance and knowledge [2].
Primeros pasos
El funcionamiento de la red suele ser la misma en todos los países, primero tienes que inscribirte en la web del país, accediendo a través de un usuario y una clave. Después debes pagar una tasa anual por el acceso a la base de datos de todas las granjas existentes. Una vez pagas puedes entrar vía Internet o bien pedir el libro donde se encuentran las direcciones y características de todas las granjas o fincas rurales. Algunos países, como España, tienes que firmar un documento de compromiso, llamado compromiso del Voluntario. Aunque en general los requisitos suelen ser comunes, cada país puede variar un poco.
El siguiente paso, es buscar la granja o experiencia que más te llena, ver las condiciones del intercambio y el proyecto del lugar, así pues, la mayoría de las veces los dueños de las granjas piden que el contacto sea vía mail, aunque en algunas ocasiones la única forma de contactar es por teléfono.
Si quieres ir de Wwoofer a otro país deberás hacer esta misma operación de nuevo. La inscripción es única y valida para ese pais.
Personalmente, mi elección tuvo que ver con que quería dos países de habla inglesa, por eso escogí; UK en concreto Escocia, y USA, en particular el Estado de California. Muchos de los voluntarios encuentran que no solo quieren aprender cómo se gestiona y vive en una granja o sobre Permacultura, sino que descubren que también es una opción económica y accesible a todos, que permite además practicar el idioma del país de destino, conocer más en profundidad la cultura del lugar y convivir con otros voluntarios de todas las partes del mundo, y como no, viajar. Fue muy agradable comprobar como muchas de los voluntarios/as con los que coincidí, provenían del ámbito urbano, nunca habían tenido contacto directo con la naturaleza , la tierra o el cultivo de los alimentos, y sentían la necesidad de experiementar que se siente viviendo de otra forma, alejados de la ciudad.
Para mí, Wwwoofer es una gran red de intercambio, basada en la confianza mútua, la colaboración y las ganas de aprender. A cambio de tu trabajo unas horas al día, puedes comer y vivir en la granja y beneficiarte de un gran aprendizaje. Lo importante es que todo es un acuerdo de palabra entre el granjero y el voluntario, cada uno crea su propio contrato en base a las necesidades reales de la granja.
Primeramente, estuve un mes en Escocia, en varias granjas situadas en las Highlands, y lo primero que diría es que las familias, casi por lo general, son encantadoras. Suelen ofrecerse para recogerte allí donde te deje el transporte público, nomalmente te alojas en su propia casa y eres uno más de la familia. En la primera granja, estuve 15 días viviendo en una caravana con una voluntaria de Nueva Zelanda, y fue una experiencia muy enriquecedora.
También es cierto, que he conocido a gente que ha tenido malas experiencias, y lo cierto es que hay que ir con las cosas muy claras, porque wwoofer no es trabajo remunerado, y no debe ser un trabajo explotado ni excesivo, ya que no se rige por las normas del mercado, aunque si es cierto, que puede ser un trabajo duro, en ocasiones, pero también gratificante, ya que compruebas que tu ayuda sirve para que ese sistema se mantenga.
Otro tema que me sorprendió es que por lo general, vamos con la idea preconcebida de que una granja, que está provista de los alimentos más ricos y saludables, implica que la alimentación será maravillosa, y diré que en base a mi experiencia, puede ser así, pero no es lo más común, ya que la alimentación no dependerá tanto de la granja sino de la cultura de la familia, aún introduciendo productos que la familia cultiva, la alimentación no siempre será orgánica, ni vegetariana, ni lo más saludable que nos gustaría, y deberás aceptar lo que se come y adaptarse a lo que te ofrecen. La generosidad de las familias es ilimitada y su trato, es por lo general, excelente, con mucha calidad humana y cercanía. Pero sobre todo, es una experiencia que te conecta con la gente y con lo que hacen. Muchas granjas son proyectos familiares que han surgido, por herencia familiar o por una inquietud personal y que han requerido de mucha dedicación y esfuerzo, por los que, siempre suele haber cosas que hacer y los lugares suelen ser de una belleza especial.
Los trabajos realizados en mi estancia en las granjas fueron muy variados, en ocasiones, de mucho trabajo físico, como mover balas de paja o piedras para arreglar un camino y otras veces consistía en sembrar, plantar, recolectar, construir leñeras o “casas” para animales, dar de comer a los animales, compostaje, abono, realizar vallados, limpiar establos, construir invernadero, deshierbar, desbrozar… entre otros.
Mi experiencia en USA fue un tanto diferente y dantesca, pero muy interesante. En el otoño es más difícil encontrar granjas, los proyectos más interesantes tienen lista de espera y tienes que concertar con mucho tiempo de antelación. Algunos proyectos son estacionales, es decir, sobre todo en primavera y verano, en otras épocas del año permanecen cerradas al voluntariado.
Cerca de Palm Springs, tuve la oportunidad de conocer los contrastes de la naturaleza estando en una granja en medio del desierto, que se dedicaban por lo general al cultivo ecológico de dátiles, pero que además cultivaban de manera permacultural todo tipo de árboles frutales, entre ellos, cítricos y también viñedos, huerto floral, etc.
Otra granja era semirural, estaba en la costa del pacífico cerca de un pueblo llamado Santa Bárbara y se encontraba muy cerca de la ciudad y compartía un proyecto artístico-escultórico y la casa donde viví estaba toda pintada por los artistas que habían pasado por allí. En esta granja, todas las mañanas nos daban clases de yoga y después una breve formación sobre cultivo, plantas, asociaciones y demás menesteres del hortelano.
Por otro lado, si las granjas están muy aisladas, como en el caso del desierto, no sueles hacer muchas cosas fuera de ella, pero si está mejor conectada o tienes posibilidad de usar el coche, es una buena oportunidad para conocer la zona en el tiempo libre, en general, yo viajaba con las familias, si iban al pueblo a comprar ayudaba y si iban al mercado a vender sus productos también. Sin duda el grado de implicación es algo muy personal, pero si queréis aprovechar al máximo la experiencia os recomiendo que intentéis participar todo lo que podais.
Woofer es un exeriencia única, de conexión con las personas, con la comunidad, de vuelta a la natura y sobre todo una experiencia para conectar con uno mismo.
Ánimo a los valientes!
Laura Fernández González
Fuentes consultadas:
[1] http://ruralvolunteers.org/
[2] http://www.wwoof.org/
Libro recomendado:
Thoreau, Henry David; Walden: 2005. Cátedra.